8 AM. Suena el despertador y me cuesta levantarme. En el cuarto todos duermen. Me levanto despacio y me voy a desayunar. Mientras desayuno pienso que hacer. Berna es muy chiquita y todo el día ahí es mucho. Pienso y saco los horarios del Eurail y busco lugares que quedan cerca. Es así como decido ir a Zurich y a Lucerna.. Cada una a una hora de distancia. Me preparo un sandwich y parto a la estación. Son las 9.25 AM. El primer tren que hay a Zurich sale en unos escasos minutos. En el tren empiezo a ver los paisajes increíbles de Suiza. Saco la cámara y me doy cuenta que había dejado la memoria en la computadora en el Hostel. Eso significaba que no podía sacar fotos. Que hago fue la pregunta... comprar una cuando llegue. Y así fue. Llegué a Zurich busqué un mapa y a caminar. Es una ciudad con demasiado movimiento... muy diferente a la tranquilidad de Berna. Una ciudad que inspira glamour, por su gente elegante caminando por la calle.
Luego de varias horas volví a la estación para tomarme el tren pero a Lucerna. Una ciudad que queda a una hora de Zurich y a una hora de Berna. El paisaje en el tren increíble... montaña... verde... campos sembrados... todo perfecto. Con mapa en la mano recorrí las calles en búsqueda de lo desconocido. Una ciudad entre montañas... río y lago. Con muchos puentes antiguos y una muralla, de la cual subí una torre. Creí que no llegaba más. Las escaleras eran interminables. La vista increíble. Valió la pena.
Luego nuevamente el tren hacia Berna. Sólo me quedaba conocer el jardín de las rosas. Por lo cual partí hacia allá. Cuando veo una subida interminable... mis piernas ya no respondían. Lo dude. Pero subí, la vista increíble, Se veía todo Berna, las montañas que la rodean. Una buena mirada de la ciudad entes de partir. Si mañana temprano me voy a Venecia. Pro lo cual a descansar ya que será un día largo.
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